- Las agresiones
verbales por parte de otros compañeros, que aparecen como la
modalidad más frecuente en nuestro país, afectan a un 33% de los tres
mil alumnos estudiados. Este porcentaje es de un 20% si se trata de
otro tipo de agresiones dirigidas a sus propiedades, alcanzando entre el 9
y el 14% en la modalidad de aislamiento permanente (sus compañeros les
ignoran o no les dejan participar en nada). Las amenazas para amedrentar
son sufridas por el 8%, las agresiones físicas rondan el 5%. Las agresiones
más graves, amenazas con armas, sólo alcanzan el 1%. El acoso sexual no
llega al 2%.
- Los tipos de maltrato estudiados se reflejan en las siguientes respuestas de los alumnos: Me insultan; hablan mal de mí; me ponen motes; me esconden cosas; me ignoran; no me dejan participar; me amenazan para meterme miedo; me roban cosas;me rompen cosas; me pegan; me acosan sexualmente; me obligan a hacer cosas y me amenazan con armas.
- En el maltrato
se participa como agresor, víctima y espectador.
Uno de los problemas de la violencia entre iguales es el hecho de que
sus efectos no se
limitan tan sólo al periodo escolar, sino que puede tener consecuencias
en la vida futura. Y esto es cierto en las víctimas, pero también en los
agresores y los espectadores.
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